Mundos habitados, de Roberto Merino
1965 fue para Roberto Merino el verano de las veredas calientes, las paletas de helado, de las niñas en bicicleta, de los niños en monopatín y de las revistas de La Pequeña Lulú compradas en el quiosco de la esquina. 1966, el año de la sopa de sémola, de la frescura ácida del yogurt de pajaritos y del aserrín esparcido en las baldosas de la panadería. 1973, de los viajes a la playa escuchando la radio, de las cartas amarillas de Nino Bravo y del golpe de Estado. 1977, de caminatas después de la lluvia por calles interiores en Providencia, de una cicatriz en la parte posterior de un muslo y de un dedo anhelante que la recorre. Así, detalle a detalle, en Mundos habitados se va configurando este relato íntimo de los años de niñez y adolescencia del autor, donde su voz, la que le acompaña desde que comenzó a hablarle en el medio de un patio deslavado una tarde remota, reconstruye de manera analítica y atenta las manías, las incongruencias y el asentado clasismo de los adu...